El Dram Shop

Por navidad, mi hermano me dió una carta de regalo para el Dram Shop. El Dram Shop no es un bar, ni una tienda, ni un cerveceria, es una combinación de las tres cosas. El menú es extenso, dividido en secciones: cervezas blancas, ambers, IPAs, sidras y cervezas negras. En la parte delantera tiene ventanas desde el suelo al techo, y las decoraciones son nuevas, con mobiliario blanco y luces modernas.

20180117_210555

En los últimos años, la escena cervecera de Montana se ha convertido en el destino perfecto para los amantes de la cerveza. Mi hermano me dijo que el número de cervecerías por persona es el segundo más alto después de Vermont. En la lista de cervezas del Dram Shop, muchas vienen de Montana, pero también hay algunas de Idaho, Wyoming, y California.

Al llegar, descubrimos que era la semana de la stout, un tipo de cerveza negra. Hablamos con el hombre del bar, y le pregunté por sus surgencias.

¿En qué área? me preguntó.

Respondí que no soy quisquillosa, me gusta todo. No es mentira, pero estas palabras resultaron ser un error.

Al mirar atrás, me advirtió suficientemente cuando me preguntó: entonces, ¿te gusta la stout? ¿aceite de motor con sabor a whisky? Bromeó acerca del sabor fuertísimo, pero me recomendó varias cervezas negras con entusiasmo.

20180117_210053

Llevaba mucho tiempo sin beber una stout, pero la semana de la stout era el momento perfecto. Y por qué parar con una. Mientras que mi hermano pidió una Ballast Point IPA y nuestra amiga pidió una IPA de mango, decidí pedir una degustación cuádruple de aceite de motor con sabor a whisky.

Todas mis cervezas sabían a melaza, no tanto como a aceite de motor, pero aún asi nada fáciles de beber. Me gustaba la cerveza negra en el pasado, pero estas eran muy fuertes y dulces. Las cervezas de Nathaniel y Heidi disminuyeron a pesar de sus sorbitos regulares, y yo todavía tenía cuatro vasos con mucho líquido oscuro. No podía devolver mis vasos al bar con tanta bebida restante. Sería un fracaso–tal vez soy quisquillosa después de todo. ¡Qué horror!

20180117_195537

Recurrí a la presión social. Una vez, mi hermano se comió una patata cruda por cinco dólares. Le dió dolor de estómago, pero con el dinero en la mano dijo que mereció la pena. Le reté a que bebiera todas las cervezas. Nathaniel se lo pensó un momento. Aceptaba si nos las bebíamos a medias . Me lo pensé. Tomé un sorbo de la cerveza más suave. Era espesa como el jarabe, con sabor a posos de café, pero más dulce. Si yo terminara con todas las cervezas negras tan “ricas”, me pondría enferma. No quise hacer que él las bebiera tampoco.

Al fin, con la ayuda de todos, solo dejamos la mitad de una cerveza. La próxima vez, probablemente no pediré una cerveza negra. En todo caso pediría una degustación de cuatro cervezas con una negra entre ellas. Me gustó probarlas pero al final supongo que no me gusta el aceite de motor tanto como un vaso de algo frío y refrescante.

Leave a Reply

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Twitter picture

You are commenting using your Twitter account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s