Pensamos que la conversación es una de las partes más divertidas del aprendizaje de un idioma. Los jueves (en esta ocasión el viernes) los dedicamos a realizar una entrevista sobre el post del martes anterior. Jessica preguntó a Rober en relación con su guitarra llena de firmas y de recuerdos . Puedes leer el artículo en inglés que escribió Rober, The Guitar that Knows Stories: an Artifact from my Trip to Cuba.
Jessica ¿Tienes objetos de tu niñez o de generaciones anteriores?
Rober: No guardo muchas cosas de cuando era pequeño, la verdad. A veces oigo a gente que dice que todavía guarda los juguetes de la niñez, pero no es mi caso para nada. Creo que mi hermano y yo éramos lo suficientemente traviesos como para que no quede nada de aquella época, no se ni siquiera si a nuestra hermana pequeña heredaría alguno de nuestros juguetes. Tal vez esté por casa de mis padres un circuito de Scalextric y varios coches que teníamos y que nos gustaban mucho.
J: ¿Son de músicos la mayoría de las firmas de tu guitarra? ¿Quién más la ha firmado?
R: Hay de todo, es cierto que varias de las firmas son de músicos con los que he coincidido en algún viaje o en alguna fiesta, pero yo diría que la mayoría de las firmas pertenecen a personas que no son músicos, sino a amigos o a personas que conocí, a veces solo durante un rato y que ya no he vuelto a ver. Incluso hay firmas ilegibles o que no recuerdo a quién pertenecen. También hay unas cuantas de niños que conozco que quisieron firmar cuando vieron la guitarra llena de firmas.

J: ¿Te gusta comprar o encontrar objetos o recuerdos de tus viajes?
R: Sí, me gusta tener algo que me recuerde a un viaje o a algo que hice durante el viaje. A veces es algo que compras, pero no siempre. Además no siempre ocurre que encuentres algo que te guste y que te quieras llevar como souvenir. De algunos viajes me he traído cosas que no son materiales, por ejemplo canciones que no conocía y que las descubrí estando de viaje y ahora me recuerdan a ese lugar. O también recetas o ingredientes que antes no utilizaba.

J: ¿Todavía tiene Vicente su guitarra? ¿Alguna vez las habéis vuelto a reunir?
R: Sí, por supuesto que la tiene y por supuesto que las hemos juntado muchas más veces. Por ejemplo en el Camino de Santiago (Way of Saint James). Nos fuímos 7 amigos con las 2 guitarras, una flauta y un cajón flamenco desmontable, que por cierto lo compramos entre los 7 exclusivamente para ese viaje y lo sorteamos el último día, ¡y me tocó a mí! También está lleno de firmas de la gente de muchas partes del mundo que conocimos durante esa semana. En cuanto a las guitarras, cuando vamos todos los amigos a comer juntos o hay algún cumpleaños o algo así, nos preguntamos Vicente “Gypsy” y yo, ¿nos echamos las guitarras de Cuba? Y la respuesta es casi siempre afirmativa.

J: ¿Qué más nos puedes contar sobre la experiencia de tocar música con la gente que conoces en tus viajes?
R: Creo que es uno de esos momentos en los que más disfrutas tocando, porque no hay nada preparado y no sabes qué va a ocurrir. No sabes que canciones conocen los otros músicos ni cómo tocan. Pero a veces hay magia. No siempre, pero sí muchas veces. En el Camino de Santiago coincidimos con más gente que llevaba o tocaba instrumentos. Un día, después de terminar nuestra ruta de 45 kilómetros en bici, llegamos al albergue y nos pusimos a tocar. De repente empezó a aparecer gente que tocaba o cantaba algo, y también gente que quería unirse a la fiesta. Una chica francesa y su madre aparecieron con un ukelele, otra chica de Brasil que sabía tocar la guitarra y cantar bastante bien. También había personas de otros países como Santo Domingo o Italia. Creo que fue una tarde que todos recordaremos durante mucho tiempo, yo por lo menos.
